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Luis Carlos Rodríguez González / The Exodo
Orlando, Florida; EEUU. / Lunes 11 de junio de 2018
Plant City es la versión “gringa” de Irapuato, Guanajuato. Aquí se cultivan cada año miles de toneladas de fresa que surten los supermercados, los refrigeradores, mesas y restaurantes de este país. Y quienes las siembran, cultivan y cosechan son un ejército de jornaleros agrícolas mexicanos.
Esta es la otra cara de la Florida, no muy lejos de los parques de diversiones de Disney, pero en donde siempre está presente el tema de la discriminación hacia la mano de obra de origen mexicano y centroamericano, que es la que alimenta fundamentalmente a este estado y a este país.
Plant City se está a media hora de Orlando y se ubica el condado de Hillsborough. Es una pequeña población agrícola e industrial en Florida con una extensión de más de 600 kilómetros cuadrados. Tiene una población de alrededor de 35 mil habitantes, de los cuales el 70 por ciento son anglosajones y alrededor de cinco mil son migrantes, en su mayoría mexicanos, quienes están dedicados al cultivo de la fresa y otros productos agrícolas.
Este poblado se convirtió en el centro del éxodo de campesinos que salieron huyendo de Nueva York, Washington y Pensilvania, después de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001, cuando inició una virtual cacería de indocumentados en Estados Unidos.
Daniel Velasco, migrante oriundo de Oaxaca, es parte de ese ejército de jornaleros que producen fresas de la mayor calidad. El llegó a Plant City hace cinco años para trabajar de forma temporal en los campos agrícolas, pero decidió quedarse a vivir junto con su esposa. Ahora ya tienen dos hijos nacidos aquí.
“El trabajo es muy duro. La siembra, el cultivo y cosecha de la fresa requiere de mucho cuidado porque si no la fruta no crece o se echa a perder. Aquí la mayoría de quienes trabajamos en el campo somos paisanos mexicanos, de Guerrero, de Oaxaca, de Guanajuato y Michoacán. Alguno que otro salvadoreño u hondureño, pero sólo los mexicanos le entramos a estos trabajos”, dijo el migrante de 29 años a The Exodo.
Comentó que en Plant City residen alrededor de cinco mil mexicanos de forma permanente, la mayoría aún sin documentos de residencia. Y otros cinco mil llegan cada año de forma temporal para la siembra y cosecha de la fresa.
“La jornada o el jale se paga entre 7 y 8 dólares la hora, dependiendo de la temporada y la demanda de mano de obra, pero hay que trabajar desde la 7 de la mañana hasta las 6 de la tarde. En una buena temporada puedes ganar hasta mil 200 dólares a la semana, pero es una buena friega”, agregó Daniel.
En 2006, Esperanza Saldívar, originaria de Matamoros, Tamaulipas, arribó a Plant City, para trabajar en el cultivo y cosecha de fresa con un sueldo bajo de alrededor de 7 dólares la hora. Ella forma parte de los miles de mexicanos que viven en esta población y que llegan de forma temporal para la temporada de cosecha -de septiembre a marzo-.
Reconoce que en Florida y en especial en esta zona, se realizan operativos por parte de policías y personal de migración para detener y deportar a migrantes sin documentos. “Te pueden detener sólo por tu apariencia, por el color de la piel, por la forma de vestir”.
Plant City ya deja sentir la presencia, la cultura de México, con pequeños negocios y restaurantes que evocan a cualquier pueblo o ciudad mexicana. Venta de tamales, taquerías, tortillerías, carnicerías y hasta tiendas donde se venden vestidos de quinceañeras forman parte del paisaje de la “Irapuato Gringa”.
Los primeros mexicanos en llegar a este pueblo eran originarios de Guerrero, migrantes sobre todo de la zona de La Montaña, quienes en los 70´s encontraron trabajo en esa zona de La Florida. A casi 50 años, el éxodo se mantiene y también las condiciones laborales para casi 15 mil mexicanos que cada año trabajan y surten los supermercados de Estados Unidos con fresas de calidad, todo ello bajo el acecho de la deportación.
En general en Orlando y en otras ciudades de Florida como Miami, no se percibe una presencia de la mano de obra mexicana en el sector servicios y comercio, en los centros comerciales, hoteles y ni tampoco en sectores como la construcción.
El mexicano Tirso Moreno, coordinador general de la Asociación Campesina de Florida, reconoció que existe una “discriminación institucionalizada en contra de nuestra comunidad, han tenido un plan de exclusión de los mexicanos y nos han pintado como gente de paso que llegamos a hacer trabajos temporales, que venimos y nos vamos”.
Emigró a Florida en 1971 para trabajar como trabajador agrícola y le ha tocado ver el desarrollo de este estado, el éxodo de migrantes de todo el continente y la forma en que los mexicanos han trabajado en un estado donde las condiciones no siempre son las mejores y en donde prevalece aún la discriminación.
Moreno dijo que en los últimos meses han estado muy activos con organizaciones locales y de otros estados por las políticas antiinmigrantes del presidente Donald Trump, las cuales han incluido redadas y deportaciones masivas en zonas industriales y agrícolas, donde se concentra la población mexicana.
“Nos preocupan nuestras familias y sobre todo los niños, ya tenemos casos de acoso en las escuelas y esto no puede subir de tono. Vamos a hablar con los representantes locales, superintendentes escolares, para que se respete a nuestros niños”, concluyó Moreno.
Irati Soto es un dermatólogo de 36 años que trabaja con pacientes que tienen problemas cutáneos y trastornos raros relacionados con la piel. Se graduó de la Mejor Universidad Mexicana. Le gusta escribir artículos médicos útiles para su blog Somosmass y también proporcionar reseñas de los mejores suplementos dietéticos mexicanos. Cuando no está trabajando, le gusta pasar tiempo con su esposa y sus tres gatos.